domingo, 9 de septiembre de 2007

Mi abuelito

Hola de nuevo, después de unas breves vacancioncillas heme de vuelta escribiéndoles. Espero que la hayan pasado de maravilla con su familia en estas fiestas, aunque aún falta la llegada del año nuevo que al carecer de la connotación religiosa de la Navidad, normalmente se hacen mayores desmanes, ojalá se diviertan.
En mi caso, mi padre me obligó a ir a Acapulco en contra de mi voluntad, aunque debo confesar que el clima es mucho más agradable que el de Toluca y ya no quería regresar. Mi mamá se regresó un par de días después porque mi abuelito se puso un poco mal de influenza (aunado a su enfisema), nada grave ¿cierto? Pero resulta que cada vez empeoró más hasta que terminó en el Centro Médico, donde les dijeron que de haber llegado cinco minutos después, ya no tendría abue.
Regresamos de Acapulco el 24, comimos y de aquí al hospital, mi hermano no contuvo el llanto y tuvo que salirse; por mi parte estuve y estoy tranquila, claro, según yo porque después de un rato de estar ahí estuve a punto de desmayarme tres veces por la presión baja hasta que fui por una coca (negra ¿eh?).
Bueno, de ahí nos llevamos a mi abuelita a su casa, donde pasamos una navidad muy triste pues sólo estuvimos mis papás, mi hermano, mi abue y yo. Cenamos y nos regresamos a casa aunque mi mamá se quedó con mi abue.
Me quedé en el hospital la noche del domingo, al parecer está un poco mejor, pero cuando tiene fiebre, se aloca y de repente alucina. Cuando está consciente, se desespera pues ya no puede estar sin el oxígeno (ayer estuvo dos minutos sin él y se desmayó) pero a fuerzas se quiere quitar todo y levantarse.:- " src="http://www.smileytown.com/app_smiley/content/angr0008.gif" width=21>
Por supuesto, no lo culpo, lo entiendo perfectamente. Un hombre acostumbrado a estar siempre activo, de arriba para abajo, una persona de decisión acostumbrado a hacer su voluntad y de repente caer en ese estado, probablemente yo estaría mucho más exasperada que él. Mi abue ya está cansado, creo que ya no tiene muchas ganas de vivir y al parecer tiene todos sus asuntos en orden. No estoy segura de que salga de esta ni de que quiera hacerlo.
Bien, todo esto, me hace pensar muchas cosas. Trato de ponerme en su posición y debe ser verdaderamente terrible. Si fuera yo, probablemente desearía que me quitaran todos los aparatos y dejaran al curso de la vida seguir su proceso natural. Precisamente la vida es un ciclo: naces, creces, te reproduces y mueres; por supuesto que no es fácil adecuarse a las nuevas situaciones, pero así es esto ¿no?
Por otro lado -poniéndome siempre en sus zapatos y pensando lo que yo haría- me ha estado rondando la idea de la eutanasia, término derivado de las voces griegas eu (bueno) y thanatos (muerte), es decir, hace alusión a un bien morir. Dependiendo de las voluntades en juego, la eutanasia puede clasificarse en voluntaria e involuntaria.
La eutanasia voluntaria es aquella en la que el paciente acepta que se le suspendan los tratamientos terapéuticos que le prolongan la vida y/o solicita que se le suministren medicamentos que le produzcan la muerte. Este tipo de eutanasia se caracteriza porque el paciente presta su consentimiento para la acción (suministrar fármacos) o la omisión (suspensión de tratamientos o desconexión de aparatos), cuyo resultado esperado es el fin de su vida.
La eutanasia involuntaria es aquella en la cual el paciente no presta su consentimiento para la muerte. En ella el fin de la vida se produce ya sea sin el consentimiento del paciente o bien contra su voluntad. En estos casos se habla de dar una "muerte piadosa".
Ambas clases de eutanasia pueden a su vez subclasificarse en activa, positiva o directa y pasiva, inactiva o indirecta.
La eutanasia activa es aquella en la que existe una acción positiva tendiente a producir la muerte, como proporcionar una sobredosis de píldoras conciliadoras del sueño o suministrar una inyección de cloruro de potasio.
La eutanasia pasiva, inactiva o indirecta es la producida por la omisión de los tratamientos o medicamentos o terapias o alimentos que prolongan el proceso de morir.
El suicidio asistido aunque forma parte de este tema, no lo trataré porque no es el caso.
Recientemente este tema ha tomado auge en diversos medios, prensa, televisión, radio, cine y una larga lista de etcéteras. En mi opinión, como ya lo he dicho, estoy a favor de ello, creo que el hombre en principio tiene derecho a decidir sobre su propio ser. Los avances tecnológicos han logrado aumentar la esperanza de vida incluso al doble comparado con otras épocas lo que me da mucho gusto si es lo que quieres, pero si sólo mantendrás mi vida vegetativa al estar conectada a un aparato, me parece un atentado en contra del curso natural de la vida. Todo es finito, todo tiene un principio y un fin y hay que aceptarlo, es parte de lo mismo y no hay razón para asustarse o cualquier otra reacción, simplemente así es, o, al menos, es eso lo que yo creo.
Me gustaría mucho saber su opinión, ya sea por este medio o en el blog http://marianaysuschocoaventuras.blogsource.com sólo tienen que clickar en el link y al terminar dice “(comments)”, clickan y aparece una ventana para que puedan dejarme su sentir ante este tópico, ¿vale? Los quiero mucho y espero leerlos pronto, que tengan un buen fin de año. XOXO.

4 comentarios:

Mariana dijo...

hola linda: ayer hable a tu casa , desgaciadamente yo no pude ir, pero chabela se fue para alla igual que tu tia hilda, he estado al pendiente de tu abue, he hablado, a su casa incluso hable con el antes que lo internaran la segunda vez. estoy triste porque lo oi muy cansado, y la verdad linda tengo mucho mucho miedo, yo me he sentido tambien muy mal y mi mami igual no creo este en condiciones de viajar. pero si estamos al pendiente y rezando por que todo salga bien gracias linda por tu mail tew quiero mucho, dile a tu abue por favor que aunque no este yo alla los quiero muchisimo. y cuiden a tu abue chila porque yo se como se siente necesita muchisimo apoyo para ella siempre tu abue chente ha sido su vida, cuiden mucho a los 2 los quiero a todos, LINA

Mariana dijo...

hola tontis. me da gusto que tu abue esté mejor y ojalá se recupere pronto de todo. solo escribo para saludarte y saber porque me abandonaste. espero verte pronto y no te preocupes todo saldrá bien. cuidate y buena suerte. feliz año!!!!!!!!!!!!
Adriana Cruz Jurado.

Mariana dijo...

"La vida es un derecho, no una obligación" Si alguno de ustedes ya vio a película de mar adentro reconocerá esta frase. Me parece realmente increíble que en la actualidad hablar de la muerte es más tabú que hablar de sexo. Si ustedes lo piensan un poco, se darán cuenta de que sí, a los padres los incitan para que hablen de sexo con sus hijos para que se cuiden y sean conscientes y responsables de sus decisiones, pero cuántos padres le dicen a sus hijos: "ya está el testamento listo, no tienes nada de que preocuparte si yo me muero" o "algún día me voy a morir y ya no me vas a ver", o cuándo han visto que en los programas de desarrollo humano o de salud la muerte sea un tema que tratar? al parecer, la muerte es algo tan doloroso para el hombre que no sólo enfrentarse a ella nos da miedo, sino hablar de ella también. Mariachi: estoy completamente de acuerdo contigo, yo también estoy a favor de la eutanasia y de no permitir que nuestros seres queridos sufran por un problema físico (enfermedad), es mejor que descansen y pues, talvez, algún día, nos reencontraremos con ellos en mejores condiciones...
Eknis.

Anónimo dijo...

¿Qué hace falta para vivir?

¿Qué hace falta para vivir? Pan, agua y espíritu. Eso es lo que diría. Algunos comentan que se necesita papel, hojas, cartas de nacimiento, billetes, cedulas, contratos, actas de matrimonio, vivienda y defunción.
Qué pena.

Sé que la vida no es un paraíso, pero es mi paraíso, cuando dejo atrás las piedras del rencor, los suspiros del pasado, en la calle de este mundo que parece tuerto.

Donde se olvida que la imagen tras del cristal es solo eso, un fantasma, la envoltura de la fruta vida. Para conocerse, para saborearse bien, sin tapujos o idioteces hay que sentir las horas de angustia, el dolor, y la decepción. Que las penas, las soledades y la negrura son la rueda que se precipita para nacer esas mil veces con un rostro nuevo. Con esa sonrisa de agua, transparente y de niño.

Para vivir hace falta ser el infante, el joven y el hombre. Cantando la fiesta de la existencia. Que solo hay una para disfrutar, una que a veces no se baile, hay que llevar el compás en el alma.

Hay que alejarse del que lo sabe todo y saber que lo que se entrega es aprender. Tomarse dos horas diarias como mínimo de cielo, gente, mar bullicio y sobre todo risa. Para vivir hay que compartir, compartir y compartir. Ponerse la piel del otro para vivirlo, para amarlo. Sin reservas, sin ese egoísmo eufórico que nos hace torpemente ciegos.

Para vivir se necesita mirarse en otros ojos, limpio de engaños y de tanta emboscada. Encontrar las almas con los cuerpos, olvidar las frases, pero decir todo con un beso, enamorarse con las manos, con el aliento, con la atracción, la espiritualidad, y la sexualidad, con la plenitud consciente de los sentimientos, sensaciones y emociones.

Para vivir se necesita ser familia, como verdadera familia, a pesar de los desencuentros, que esos rostros son un regalo. También se necesita la isla inagotable y magnifica de un amigo. Que el amigo es la segunda casa del corazón, el maestro y el alumno, un hermano nunca reclamado por la sangre. Hijo de la esperanza, el triunfo y la alegría. Compañero velador de sueños, estrella del norte, el talismán que se lleva en el pecho.

Y casi por último infinito, para vivir se necesita perdonar, pero sobre todo saberse perdonar. Desear decir cada día soy feliz y serlo. A pesar de tanta cruz y veneno suelto en el aire. Que la vida se lleva por dentro.

¿Qué se necesita para vivir? Pan, agua y espíritu, mucho espíritu, yo contestaría (con una sonrisa).

Dedicado al ángel de mi guarda, ese ángel que a veces no veo, pero me ha acompañado en tanta vida y tanto amor. Te quiero.


mantiz