El génesis de las chocoaventuras...

¿Qué onda? ¿Qué hay de nuevo? Pues, he estado pensando que por lo general (no sé si también les ocurra a ustedes) cada cierto tiempo tienes un "tema" en mente y todo lo relacionas con ello. Por ejemplo, supongamos que hubo un asalto a alguien conocido, entonces comienzas a ver la gran inseguridad que hay en la ciudad y te enteras de que a Juanita, Chuchita, Pedrito, etc... también les pasó y terminas viendo moros con trinchetes.

Bueno, esto viene a colación, porque ya que hay tantas cosas que nos ocurren a nosotros y al resto del mundo que siempre estamos filosofando pero sólo queda para nosotros, esos sucesos y reflexiones le pueden ayudar a alguien más o simplemente para contarlo y relajarse un poco.
Entonces, se me ocurrió la ideota de que cada vez que tenga algo relativamente importante y/o interesante que decir -aunque puede que a veces sólo sea porque quiera- lo escribiré y... ¿quienes son los que se supone que te escuchan cuando lo requieres? Claro, la respuesta que están buscando es: "tus amigos" So, he decidido agobiarlos de vez en cuando enviándoles correos con mis chocoaventuras o tal vez cavilaciones sin sentido, pero el chiste es que estarán leyéndome un poco más frecuentemente.

Por otro lado, simplemente con el hecho de ser leída me doy por bien servida, pero por supuesto si hay alguna aclaración, mentadas de madre, reclamaciones o más reflexiones sinsentido, son bienvenidas.

Bien, dicho lo anterior justificando el resto del texto, supongo que podré iniciar con el tema de la semana que en realidad es bastante breve al menos en esta ocasión. Les diré, que alguna vez, así como nos pasa a todos, tomé una mala decisión al relacionarme con una persona que terminó decepcionandome gravemente, es una larga historia que aunque es buena, no merece la pena ser contada ya que intervienen un par de personas conocidas de varios de ustedes que me hicieron pasar un momento bastante desagradable sin razón alguna, quienes sepan la historia sabrán que la que menos tenía que ver en el asunto pero aunque aún no entiendo cómo, salí embarrada.

El caso es que hay una reunión cercana de gran importancia para las relaciones públicas en búqueda de un lugar dentro del ámbito en el que planeo desenvolverme... ¿el problema? Que quizá este par de personas antes mencionadas es muy probable que asistan también a este evento.

El sentido común dicta que si quiero evitar problemas, sería mejor no acudir y así sustraerme de broncas como una muy posible escena que sería presenciada por personas importantes para mí. Sin embargo (aquí es donde entra la reflexión) ¿por qué rayos tengo que cambiar mi vida, dejar de hacer x o y cosa por un par de personas dañadas con las que no tengo nada que ver pero que pueden afectarme? Lo peor de todo, es que si desde un principio me hubiera despreocupado por los demás, hubiera sido egoísta y dicho las cosas como son, quizá ahorita no estaría escribiéndoles esto. Pero como todos sabemos, el hubiera no existe, las cosas son como son y no hay vuelta de hoja.

¿Lo irónico? Durante mucho tiempo he intentado ser una persona más sensible, linda y agradable y... ¿cuando lo hago qué sucede? Jajaja, ¡¡¡todo sale pésimamente!!! Juro que ya no queda más remedio que reír ante la hilaridad de la situación, de plano cada vez entiendo menos de todo, no entiendo la vida, la gente, las vueltas que da el mundo, las reacciones, las acciones, los pensamientos... parafraseando a uno de los más grandes filósofos de todos los tiempos, supongo que "yo sólo sé que no sé nada".