El miércoles pasado, fui a la ciudad de México a la conferencia de un señor llamado Masaru Emoto. Para aquellos que hayan visto la película What the beep do we know? (¿Y tú qué sabes?) sabrán un poco más de lo que hablo.
El trabajo de este japonés, nos proporciona evidencia fáctica de que la vibración de la energía humana, los pensamientos, palabras, ideas y música, afectan la estructura molecular del agua, la misma agua que constituye más del setenta por ciento de un cuerpo humano maduro y que cubre igual cantidad de nuestro planeta. El agua es la fuente misma de toda la vida en este mundo, su calidad e integridad son vitalmente importantes para todo La calidad de nuestra vida está directamente conectada a la calidad de nuestra agua.
El agua es una sustancia muy maleable. Su forma física se adapta fácilmente a cualquier ambiente. Pero su apariencia física no es lo único que cambia, la forma molecular también varía. La energía o las vibraciones del ambiente cambiarán la forma molecular del agua. En este sentido, el agua no sólo tiene la habilidad de reflejar visualmente el entorno sino también molecularmente.
Congelando el agua y tomando una fotografía de la estructura como lo ha hecho el señor Emoto, podemos obtener información increíble sobre el agua. El Sr. Emoto ha descubierto muchas diferencias fascinantes en las estructuras cristalinas del agua de distintas fuentes y diferentes condiciones alrededor del mundo. El agua de un arroyo de montaña o de manantiales muestra diseños geométricos hermosos en sus patrones cristalinos. Agua contaminada y tóxica de áreas industriales y pobladas y agua estancada de cañerías y presas muestran estructuras cristalinas distorsionadas.
Tras ver al agua reaccionar a diferentes condiciones ambientales, contaminación y música, el Sr. Emoto y sus colegas decidieron ver cómo los pensamientos y palabras afectaban la formación de cristales de agua destilada y sin tratar, usando palabras escritas en papel por medio de un procesador de textos y pegado en botellas de cristal dejándolos por la noche. El mismo procedimiento se utilizó con nombres de personas muertas. El agua fue congelada y fotografiada.
Estas fotografías, muestran los increíbles reflejos del agua, como viva y altamente sensible a cada uno de nuestras emociones y pensamientos. Queda muy claro que el agua fácilmente asume las vibraciones y la energía de su ambiente, ya sea tóxico, contaminado o prístina.
El extraordinario trabajo de Masaru Emoto es una impresionante muestra y una poderosa herramienta que puede cambiar nuestras percepciones de nosotros mismos y del mundo en el que vivimos, para siempre. Ahora tenemos evidencia profunda de que podemos sanar positivamente y transformarnos a nosotros y nuestro planeta por los pensamientos que elegimos pensar y a qué los dirigimos.
El Sr. Emoto decía que haría una diferencia si tan sólo el diez por ciento de la población supiera de esto, lo que equivaldría a unos 610 millones de personas. Es así, que la ONU tiene el Proyecto Emoto, que se trata de distribuir esta cantidad de ejemplares gratuitos de la versión para niños de su libro para que crezcan con esta mentalidad y hagan algo por lo que nosotros hemos destruido. Les mando una copia de este libro que pueden descargar de http://www.thank-water.net/ para que lo revisen, vean las sorprendentes fotos y saquen sus conclusiones.
Les envío también fotos de los cristales de agua formados con “thank you”, “namaste” que es la palabra hindú para gracias y otra con la leyenda “You make me sick, I will kill you”. Otras dos con “Adolph Hitler” y “Mother Teresa”.
1 comentario:
Muy interesante realmente. No he visto la película (ninguna de las dos) pero me imagino que las recomiendas... Hay tanto que debería estar haciendo.
Llegué a tu blog por pura casualidad y... lo seguiré leyendo, tenlo por seguro.
Saludos! No dejes de escribir.
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