Hace varios años ya, conocí a una mujer rusa que
vivió el Estalinismo. A pesar de lo mucho que he leído al respecto, me pareció
que no habría nada más enriquecedor que preguntarle a ella cómo había sido éste
periodo. Tras cuestionarla me respondió “Sí, fue terrible pero ahora es peor”.
Por supuesto, no salía de mi asombro, pregunté por qué, y a continuación rompió
mi corazón, dijo: “antes teníamos esperanza…” y la conversación terminó.
Un día, en el centro de la ciudad donde actualmente
vivo había una manifestación por la situación de Siria. Había una pancarta que
me movió muchísimo y me dolió en el alma, decía: “802 niños y 676 mujeres
masacrados en Siria. ¿Dónde está la humanidad?”.
De acuerdo a estimaciones del Índice de Víctimas
Visibles e Invisibles (IVVI) de delitos graves divulgado hace unos meses, los
datos duros indican 88 mil 361 homicidios dolosos en el país durante el
gobierno de Felipe Calderón y yo no pude dejar de preguntarme… ¿Y? ¿Y? ¿Yyyyyyyyyyyyyyyy?
¿A quién le importa? ¿Por qué parece no afectarle a nadie? Me dolió la apatía
de la gente, me lastimó vivir en el “país de aquí no pasa nada”, ¿qué nos pasa?
(Por favor, vean este video: https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=pTBTRkZe7lY&fb_source=message).
Siento un dolor intenso al ver cómo cada vez mi país
aparece en los medios internacionales es para hablar de violencia, muertes e
inseguridad. Pero lo peor de todo, lo que de verdad lastima es notar la
normalización de la anormalidad. Señores: NO es normal que haya tantos
asesinatos diarios (independientemente de sus diversas causas), NO es normal
que la policía lejos de ayudar perjudique más, NO es normal que se les de
dinero extra a funcionarios públicos para hacer su trabajo, NO es normal que el
país se saqueado constantemente, NO es normal el robo, NO es normal que las
personas sean secuestradas, NO es normal que los automóviles avancen cuando hay
una luz roja, NO es normal ofrecerle dinero a las autoridades para evitar una
multa, NO es normal que los trabajadores sean explotados por muchas más horas
que las establecidas por sus contratos sin obtener una mayor remuneración, NO
es normal tener miedo de perder un empleo por causa de los cambios de gobierno,
NO es normal que los allegados a funcionarios públicos obtengan plazas que no corresponden
ni a sus conocimientos ni a sus capacidades, NO es normal que cada vez haya un
mayor rezago educativo, NO es normal que los gobernantes sean narcotraficantes,
NO es normal que los gobiernos protejan a criminales, NO es normal que los
gobernantes sean delincuentes …
Ya no continuaré porque como bien saben, la lista es
interminable. El punto es, que en el mismo momento en que alguien piensa que
cualquiera de los casos anteriores es normal, nos hace caer un poco más en el
hoyo que todos hemos contribuido a cavar durante años. Esta normalización se
convierte en complicidad: cada situación que vemos y ante la cual no actuamos o
al menos externamos nuestro rechazo, significa aceptación, quiere decir que estamos
de acuerdo con ella y por eso las cosas lejos de cambiar se perpetúan. Lo
siento, pero no puedo sentir nada más que indignación ante esto y URGE
detenerlo.
El caso de la Ibero fue absolutamente sensacional e
inesperado. Las nuevas generaciones que se habían caracterizado por su apatía,
dieron muestras de descontento en un contexto impensable. ¡Qué gusto me dio!
¡Al fin alguien se atrevió a decir algo!
Este hecho fue maravilloso porque dio pie a que
otras personas comenzaran a manifestarse en las calles, eventos, conversaciones,
redes sociales, medios de información, etc. Podemos comulgar o no con las ideas
expresadas, pero el simple y sencillo hecho de exponer ideas y participar en la
vida pública es lo mejor que le ha ocurrido al país en mucho tiempo.
Los últimos meses se habla mucho sobre “democracia”,
que si México es un país democrático, que si tal o cual cosa mejora o no la
democracia en México, se exigen medios más democráticos, etc. Muchos, están
hartos de escuchar conversaciones sobre la política nacional, y a través de
diversos medios he encontrado comentarios como aquellos que opinan que para que
exista democracia en México, debemos acudir a las urnas, ejercer el derecho al
sufragio y olvidarse de política. Así que, para homologar términos, la Real
Academia de la Lengua Española propone dos definiciones: “1. Doctrina política favorable a la
intervención del pueblo en el gobierno y 2. Predominio del
pueblo en el gobierno político de un Estado”. Es decir, que gracias a toda ésta
diversidad de opiniones y al gran interés que la población por fin muestra en
un evento que cambiará nuestro rumbo por al menos los siguientes seis años,
¡finalmente estamos viviendo una democracia! ¡Felicidades!
Y bueno… A partir del crecimiento de la participación, su difusión y
amplificación por las redes sociales, la información es tan vasta que
irónicamente ahora estamos más desinformados, los datos son abundantes y abrumadores,
no es tan sencillo distinguir la veracidad y más aún cuando las personas (estratégicamente
planeado) carecen de la educación necesaria para generarse una opinión
informada.
Ojo: con lo anterior no me refiero a personas sin estudios, ¿eh? Como
ejemplo les platico que hace unos días leí una nota que posteó una ex compañera
de la Facultad en facebook. Se trataba de un texto extraordinariamente agresivo
y violento donde a través de una serie de “datos” incitaba al miedo diciendo
que el país se incendiará si AMLO llega a la Presidencia.
A ver, soy Comunicóloga y Mercadóloga Estratégica, llevo muchos años ya estudiando procesos de
comunicación, estrategias de manipulación, medios, periodismo, métodos de investigación,
persuasión, estrategias de mercadotecnia, etc. Con ésta chica compartí aulas por años, estudiamos los mismos textos, aprendimos
con los mismos profesores… Y aún así fue incapaz de averiguar un poco más allá,
pues con el poder de un click, podría haber encontrado que todos los datos que se
presentan son falsos con videos editados (el original estaba disponible en
youtube), información inventada (pudo haber entrado a los sitios oficiales) y
la muy tonta afirmación de que AMLO es el problema, lo pudo haber refutado si
hubiera prestado atención en el país en el que vive (los problemas que podrían suscitarse
se deben a que los mexicanos hemos sido engañadas y saqueados por varios
sexenios, nuestras familias están siendo asesinadas, secuestradas, y asaltadas,
las condiciones laborales son cada vez peores, el desempleo y la inflación
creciendo, la violencia incrementándose, la impunidad se amplía, la
tranquilidad es imposible y ¿todo esto no es suficiente para que estemos
enojados y exijamos un cambio? Sí, muchas personas (dentro de las que me
incluyo) estamos enojadas, hartas y exigimos un país mejor tras sexenios de
abusos, no por un candidato a la Presidencia (ni del PRI ni del PRD), los
grandes eventos sociales no surgen de la nada, tienen profundas raíces, es
absolutamente tonto pensar que es “culpa” de una sola persona o sólo por unas
elecciones. Pero la búsqueda de datos primarios requiere voluntad y ésta chica
decidió creer ciegamente en una sola nota, y compartirla. ¿Qué se puede esperar
de personas que nunca han recibido enseñanza alguna sobre éstos temas?
Quiero aclarar dos cosas: 1) Nunca he escondido mi preferencia por
AMLO, respeto que otras personas no estén de acuerdo con sus propuestas y
siempre defenderé su derecho a manifestarlo, pero es completamente distinto
elegir a una u otra persona por convicción personal a que sea incitado por el
miedo, por eso es importante leer toda la información sobre todos los
candidatos. 2) A través de los últimos meses vi posts negativos y falsos sobre
TODOS los partidos y candidatos. El mexicano es apasionado, y algunos de los
seguidores de todos los candidatos hicieron cosas que no apruebo, ¡pero
atención! No podemos juzgar a ninguno de los candidatos por las locuras de sus
seguidores, muchas veces ellos ni siquiera saben de qué van la mayoría de todas
estas situaciones. Hacerlo de esta manera sería igual de absurdo que decir que
ya no me gusta Mozart porque sus seguidores son drogadictos. La gente loca
también tiene preferencias políticas que no se relacionan con ninguno de los
candidatos.
En fin. Mañana es el
gran día en que decidimos nuestro futuro, el día en el que TODOS debemos
entender que nuestra opinión cuenta, en el que haremos una diferencia para bien
o para mal. Es vital que entendamos que somos nosotros quienes haremos el
cambio, donde tenemos que cuidar muy bien nuestros votos y que realmente gane
aquél que la gente apoya. El país ha tocado fondo, y sólo nosotros podemos y
debemos exigir a quien sea que llegue a la Presidencia un cambio verdadero,
necesitamos un México más justo, más humano, sin pobreza, sin hambre, sin
desesperanza… Somos un gran país y yo sé que podemos mejorar, sí es posible, sí
se puede, si otros países lo tienen ¿por qué nosotros no? Demandemos mejores
condiciones, por nosotros, por nuestros hijos y por los que vienen, la lucha nunca
es fácil, los grandes intereses han hecho y harán lo imposible por mantener el
status quo que favorece a unos pocos y pisotea a muchos. Por favor les pido que
luchemos por un México mejor a través de lo que ustedes consideren que es la
mejor opción.
Pase lo que pase, para realmente vivir
nuestra democracia, debemos continuar vigilando y obligando a nuestros
gobernantes para que tengamos un país mejor donde la población participe en las
decisiones de la nación.
En México aún hay esperanza.